domingo, 7 de abril de 2013




La principal riqueza cultural del Perú radica en su diversidad. El Tahuantinsuyo o Imperio de los Incas era un estado multiétnico, que aglutinaba un conjunto muy amplio de curacazgos con lenguas, artes, costumbres, tecnologías, formas de organización y vestimentas muy variadas. Eran todos, sin embargo, parte de lo que hoy se denomina „mundo andino“. Hablar de „mundo“ implica una amplia diversidad interna, dentro de la cual la historia y la cultura encuentran una cierta unidad: cierta cosmovisión panteónica, cierta gramática social común.
Los europeos rotularon a todos los habitantes del mundo andino como „indios“, subsumiendo bajo ese término – tambien, un error geográfico – la enorme diversidad social y cultural que encontraron. La administración del virreinato sancionó esa voluntad homogeneizadora al agrupar a los súbditos del virreinato en una república de españoles y otra república de indios, y al instituir una lengua común de evangelización: el quechua, y una lengua común de civilización, el castellano ya cristlizandose en el idioma espagnol común a todos.

CRISOL DE PUEBLOS

Las actuales poblaciones quechuas y aimaras son descendientes de los diversos pueblos que habitaron la región desde tiempos prehispánicos: canas, canchis, collaguas, collas, lupacas, charcas y pacajes. El quechua es la lengua materna de más de tres millones de peruanos y el aimara es hablado por cerca de cuatrocientos mil compatriotas radicados especialmente en el Altiplano. Antes de la llegada de los conquistadores españoles, en el actual territorio peruano se hablaban diversas lenguas ya extinguidas, como el puquina, en el sur, el moche, en la costa norte y otras.

RITUALES

Uno de los rituales más importantes de la religión indígena es la ofrenda o pago a la tierra (Pachamama). Sobre una manta el altomesayoc o sacerdote coloca diversas miniaturas de piedra o metal, generalmente figuras de animales que representan a los apus o espíritus, así como las ofrendas para la tierra, como coca, tubérculos, maíz, chicha, cigarrillos, etc. Se invoca a la Pachamama y se le agradece por los favores concedidos. De esta manera se establece un vínculo profundo entre el mundo de los humanos y el mundo del más allá o de las divinidades.

LA COMUNIDAD CAMPESINA

La institución más importante en términos sociales, geográficos y culturales en el mundo rural andino es la comunidad campesina. Se trata de diversas formas colectivas de organización social y espacial que permiten la reproducción de un conjunto de familias, gracias a la adecuación eficaz a los condicionamientos geográficos y ecológicos.

Mención aparte merecen textos producidos para escuelas con un enfoque intercultural que son producto de años de investigación en el campo de la educación con participación de maestros indígenas de los distintos pueblos.

LOS PUEBLOS AMAZÓNICOS

La Amazonía sigue siendo un mundo por descubrir a inicios del siglo XXI. Se calcula que en la selva peruana viven entre 40 y 50 grupos etnolingüísticos diferentes.
Entre los pueblos indígenas más importantes se encuentran los asháninka, (más de 50 mil habitantes); los aguarunas (awajún), (más de 35 mil habitantes); los ticuna, (más de 30 mil); los shipibo-conibo, (más de 20 mil); los cocama-cocamilla (kukama-kukamiria) (más de 15 mil); los matsiguenga y los chayahuita (shawi) (más de 13 mil); los huambisa (wampis), (más de 9 mil); los yanesha (más de 8 mil), y los achuar (más de 5 mil miembros).

MIGRACIONES

El arribo de contingentes migratorios europeos, asiáticos y africanos dio un rostro múltiple a la ciudad. Esta sorprendente diversidad étnica tuvo como resultado una gran variedad de expresiones culturales. Durante el Virreinato del Perú estos grupos formaron cofradías según su procedencia, aunque pronto se fueron integrando en la cultura local, en particular como uno de los componentes básicos de la llamada cultura criolla. La raíz afroperuana ha sido fundamental en la formación de diversas manifestaciones culturales de nuestro país, sobre todo en la música.
Al revisitar el concepto de mestizaje, puede versele más bien como un proceso de articulación de nuestra heterogeneidad cultural a través de sincretismos, fusiones, hibridismos, que se suceden a lo largo de los siglos, y en los cuales deben encontrar lugar la sofisticada espiritualidad de los pueblos amazónicos o el profundo conocimiento de su entorno físico, así como los múltiples aportes que hicieron desde el s. XVI africanos y moriscos, y luego las sucesivas capas de migrantes españoles, chinos, japoneses, italianos, alemanes, ingleses, árabes y judíos, para mencionar solo a los más numerosos.